UNA PERSONA SE VUELVE RESENTIDA: Siempre hay una persona dominante en la relación. Pero si se centraran en las necesidades de una persona, la otra terminaría resintiéndola. No pedir lo que quieres en una relación puede hacerte sentir menos placer y felicidad, eventualmente convirtiéndose en resentimiento. A partir de ese sentimiento, se crea una relación tóxica.
DISCUTEN TODO EL TIEMPO: Si no saben cómo tener una pelea constructiva, los problemas empezarán a acumularse poco a poco. Es importante que como pareja tengan habilidades para resolver conflictos, de otra forma no podrán comunicarse correctamente. Sus pequeñas diferencias podrían convertirse en un problema a largo plazo… sin que se den cuenta.
CODEPENDENCIA: Quizá todo vaya bien y se la pasen padre juntos. Tal vez siempre se han llevado bien. De hecho, es posible que se lleven bien y ya no hagan nada por cuenta propia. Si notas que dependen de la validación del otro y sus decisiones, posiblemente haya codependencia. Esto es malo porque las relaciones saludables reúnen a 2 personas independientes. De otra forma está destinada al fracaso.
UNA PERSONA SE VUELVE CONTROLADORA: Siempre hay una persona dominante en la relación, pero si ésta se vuelve celosa y controladora, a largo plazo podría provocar muchos problemas. Si tu pareja tiene la tendencia a querer controlarlo todo, asegúrate de platicarlo con él y llegar a un acuerdo. SU VIDA SEXUAL SE VE AFECTADA: Si ambos empiezan a perder su libido con el tiempo, y poco a poco dejan de tener sexo… es normal. Pero si dejaron de hacer un esfuerzo por prender la llama de la pasión, se verán en problemas rápidamente. Quizá sea problema de comunicación… cual sea la razón, tienen que arreglarlo.
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